JAVIER
LOSTALÉ: SER EN EL POEMA
(Reseña
de “Topología de una página en blanco” en el nº 45 de
“Cuadernos del Matemático”
EXTRACTOS:
“Pocas veces, si no
ninguna, se nos ofrece a través de un libro de poemas el rostro
absoluto de la poesía. Se necesita tener un profundo conocimiento
del proceso creativo y una gran capacidad de desaparición dentro del
texto. Ambas cosas las consigue Alejandro Céspedes en Topología
de una página en blanco”.
“Alejandro
Céspedes, una de las voces principales de la generación de los
ochenta, con una obra amplia y reconocida, no ha dudado en realizar
un acto de consumación poética escribiendo un libro extenso e
intenso que, como bien señala Miguel Ángel Muñoz SanJuán, “
requiere del lector su máxima atención, tanto dialéctica como
emocional”, en un formato donde lo espacial y lo visual se funden
de tal modo que, durante la lectura, junto al pensamiento y el
corazón actúan los ojos volcándose
hacia dentro/para encontrar el
símbolo”.
“Topología
de una página en blanco
debe leerse como un todo, pues existe una trabada unidad entre los
diferentes elementos, humanos, lingüísticos y soporte que la
integran, respetando, eso sí, su especificidad, y teniendo presente
también el carácter fragmentario del libro, fundado en la
permanente dificultad de construir una realidad entera. Nada más
alejado de un discurso teórico, o de una investigación desde
afuera, sino que el creador se transmuta en lo creado hasta
escuchársele su propia respiración, y el lector -como afirma Ainhoa
Sáenz de Zaitegui citando a Wallace Stevens- “se convierte en el
libro”.
“Libro
que amaneció en la
luz fría de un ordenador, se publica ahora por Amargord en su cuerpo
y alma naturales: el papel. Hecho que aprovechamos para decirles que
se trata de un verdadero acontecimiento literario, porque pocos
libros como éste son engendradores de conciencia”.
EXTRACTOS:
“Céspedes
es un hombre con visión, un teórico. Un poeta de verdad. Su
reflexión sobre la poesía remite a ese momento de la historia en
que la filosofía se convirtió ella misma en poesía. Con Foucault,
el poeta alberga la sospecha -la esperanza- de que el lenguaje es
fractura, muro, aislamiento, y que es necesario”.
“Ajeno
al egocentrismo del creador, Céspedes se abre a nosotros, los
eternos secundarios, los lectores. Nos analiza, nos interpela.No
somos nosotros quienes nos identificamos con el poeta, es él quien
se une a sus lectores en una misma perplejidad.
Topología...
es un universo peculiar, donde los poemas se abisman en la página
como agujeros negros, versos incompletos se pierden por el margen
derecho, se esparcen como hojas a lo largo de las hojas. Nuestra
mente debe adoptar la forma del texto: ser poesía.
Un
discurso torrencial que evoca el flujo de nuestra conciencia, veloz e
inasequible a la lógica. Experimental y visualmente impactante.
Poeta consagrado, canon indiscutible, Alejandro Céspedes aporta al
arte más que talento: le da un porvenir”.
“Alejandro
Céspedes se
está convirtiendo en el gran equilibrista de la poesía
contemporánea española. Principalmente por lo arriesgado de sus
propuestas; pero, también, por ser cada día más un disidente de
las corrientes poéticas (o modas) actuales y, por tanto, por su
lejanía de cualquier encasillamiento”.
“Céspedes
atraviesa el vacío en Topología
de una página en blanco,
el vacío que no es otra cosa que la distancia entre el creador y su
creación. Si el lector se atreve, puede seguir de la mano del poeta
un recorrido tan arriesgado como emocionante”.
“No
sé si los tiempos actuales exigen heroicidades, pero sí estoy
seguro de que están necesitados de inteligencia creativa, asunción
de riesgos, compromisos personales, coherencia y sana renovación.
Alejandro Céspedes camina perfectamente por la contemporaneidad,
y Topología
de una página en blanco no
es una proeza inútil, es una obra que crecerá en reconocimiento y,
por tanto, que perdurará”.
Reseña
de “Topología de una página en blanco”
por Santos
Domínguez
El
hecho -particular y sin importancia- de que no lo veas, no significa
que no exista, o que no esté aquí, acechándote desde algún lugar
de la página en blanco, preparado y ansioso de saltar sobre tu
ceguera.
Esa
cita de Wilfredo Machado abre, junto con otra en la que María
Zambrano iguala las revelaciones poéticas al pensamiento
filosófico,Topología de una página en blanco, el último
libro de Alejandro Céspedes, que acaba de aparecer en Amargord
ediciones.
Una
vez le oí decir a Leopoldo María Panero que si le interesaba
Mallarmé era por su condición de poeta científico. Lo recuerdo
ahora cuando al leer este libro veo que Mallarmé forma parte de la
genealogía moral de la poesía en la tensa reflexión sobre la
escritura que mantiene en él Alejandro Céspedes, uno de esos raros
poetas que “se rebelan para revelarse”, como explica Jesús Malia
en el epílogo.
María
Zambrano, Foucault, Eliot, Juan Carlos Mestre, Juarroz, Muñoz
Sanjuán, Clara Janés, Chantal Maillard, Dante, Celan, Deleuze son
algunos de quienes guían y acompañan a Alejandro Céspedes en su
viaje a los infiernos de la incertidumbre de la que surgen las
revelaciones, en un difícil equilibrio entre intuición y reflexión.
Una
reflexión exigente sobre los límites de la poesía desde dentro del
poema, desde el centro vertiginoso de la página en blanco, desde la
oscuridad en la que el poeta enciende el fuego primordial con
pedernales y yesca. Porque la misión de la poesía no es proponer
respuestas, sino plantear preguntas una vez que ha delimitado su
ámbito de reflexión, la conciencia de su vocación interrogativa
lejos de toda actitud autocomplaciente, en un salto al vacío o en
medio del desierto que es el territorio propio del poema como nos
enseñó Jabès.
Desde
ese centro oscuro del laberinto un espejo se convierte en metáfora
absoluta, símbolo último de ese territorio movedizo al que intentan
fijarse las ideas, el lenguaje, y en donde se encuentran,
enfrentados, entrelazados, atónitos, desdeñosos o resbaladizos los
ojos del lector y del autor.
Topología
de una página en blanco es un catálogo de perplejidades,
un libro nada condescendiente en el que los textos se cuestionan a sí
mismos, se construyen y se destruyen con la densidad de una poética
insumisa que surge del núcleo de la escritura, bucea en la
profundidad turbia de los límites del significado y explora la
posibilidad de la iluminación, la expresión simbólica de lo
inefable desde la inconsistencia del lenguaje como reflejo opaco del
mundo
con
su espejo vacío
el
espejo que mide la profundidad de ese vacío
la
cáscara de un nombre
el
hueco que la nombra
Al
final del libro, la reaparición de las palabras de Wilfredo Machado
completa una estructura círcular a la que se añaden estos dos
versos de cierre:
alguien
que cree saber dónde encontrarlo
sigue
fingiendo que sabe cómo ahorcarse
EXTRACTOS:
“En
'Topología...' la palabra poética, despojada de todo artificio
retórico, se pronuncia como pensamiento en torno a las propias
posibilidades y límites de representación. El autor investiga
intensa y extensamente las posibilidades de un lenguaje vivo,
mutante, a través de un complejo entramado conceptual y simbólico
que posee la virtud de ser y producir pensamiento en el acto de
creación. Si en algún libro se cumple la máxima expresada por
Vicente Huidobro “Cuanto miren los ojos creado sea”, ese es
Topología de una página en blanco, porque de los múltiples niveles
de lectura que coexisten en este libro singularísimo el más
llamativo es el que ofrece al lector la capacidad de participar de
manera activa e inédita en la construcción del texto”.
“Durante
la lectura y, en especial, después de cerrar el libro, el lector
podrá asegurar que el poema le ha transfigurado. Será alguien
revelado a sí mismo, alguien a quien el texto ha permitido explorar
un amplio repertorio de emociones que le impulsará, necesariamente,
a crear. No comprende, quizás, en un primer momento, que el poeta le
ha invitado a correr el riesgo de ser un pensamiento que busca su
propia revelación en el transcurso mismo de la lectura. El texto,
por lo tanto, le ha restituido (en su sentido aristotélico) el ser:
un ser “en acto”, aunque plenamente consciente de su propio
vacío”.
MIGUEL
ANGEL MUÑOZ SANJUÁN
EXTRACTOS:
“Topología
de una página en blanco, libro
tan extenso como intenso, requiere del lector su máxima atención,
tanto dialéctica como emocional, pues no es una obra sobre la que se
pueda pasar de refilón, sino todo lo contrario, pues desde su
aliento inicial se percibe que es algo imprevisible, voluntariamente
cambiante, tan mudable como mutante, y que en cierta forma puede
simplificarse en ese verso en el que se dice “todo cuerpo es una
patria transitoria”.
“Da
lo mismo que se trate de páginas en blanco que de conciencias
distraídas, Topología…
se enfrenta desde su inicio con una de las más peligrosas
personificaciones de ese vacío bajo una de sus presencias: la
comodidad. Por ello, quizá no sea un libro cómodo, pero en ello
únicamente pueden verse más ventajas que inconvenientes”.
“Las
páginas de Topología…
encierran un largo discurso reflexivo que reflexiona sobre sí mismo
y nos hace reflexionar desde todos los puntos de vista, incluido el
de lector, sobre lo “transitorio” de la propia existencia
“poética”; pensamiento que ahonda sobre la misma conciencia de
lo que supone ver crecer las flores entre los escombros, tanto
propios como ajenos; discurso que se enfrenta, al igual que lo
hicieron los románticos, a un mundo que, de tan sólido, parece no
haber querido ver las ruinas que él mismo había ido edificando a su
paso. En suma, proclama y reclamo angustiados desde la conciencia del
que busca por encima de lo que se impone como norma y únicamente
intenta encontrar una forma sincera que le permita pronunciar con
sentido la palabra “armonía”.
“Más
que vanguardista, mística propuesta, indagación salvífica que
derrama tanto dolor como lucidez“.
JAVIER LOSTALÉ; RNE, “La estación azul”
EXTRACTOS:
“La poesía nos muestra su rostro absoluto a través del bisturí de uno de los principales poetas de los ochenta, Alejandro Céspedes. Su rostro absoluto desde la Topología de una página en blanco, un intento, no abordado hasta hora con “la intensidad tanto dialéctica como emocional”.
“No es posible leer esta obra singular sin que trabemos nuestra mirada a los textos, donde hay tantos aspectos visuales, y pongamos en acción todas nuestra posibilidades cognitivas y emocionales. No es posible leer Topología de una página en blanco sin que nos convirtamos en parte del texto, sin que, junto con el autor, emprendamos una aventura inagotable por las entrañas siempre movibles del cuerpo del poema, para de este modo recrear, habitándonos, todo lo que el poeta ilumina entregado -hasta dejarse la piel- a su tarea de buscar lo inefable, de nombrar la existencia tocando fondo, de luchar con las palabras instalándose en su propio territorio tan lleno de destierro e incertidumbre”.
“Estamos sin duda ante una obra venturosamente arriesgada y plenamente necesaria, que muestra la altitud creativa de un autor que ya formaba parte de la mejor poesía contemporánea y que ahora ha dado un salto cualitativo con este libro. No se lo pierdan. Se abrirá dentro de ustedes un horizonte”.